Liga de Quito 2
Independiente 0El Rojo arrancó la defensa con una dura derrota en Ecuador
Independiente, vigente campeón de la Copa Sudamericana, se acordó tarde del arco de Liga de Quito y perdió 2 a 0, goles de Paul Ambrosi y Bolaños. De todos modos, la llave quedó abierta y tendrán revancha el próximo 12 de octubre en el Libertadores de América.Independiente, actual campeón de la Copa Sudamericana, arrancó con una parada brava. Liga de Quito en la altura. Sabía de qué hablaba ya que tres veces debió jugar en esas tierras en los últimos doce meses. Pero en ninguna había conseguido una victoria, sí mantener una ventaja o dejar una llave abierta, como esta vez. Un gol de visitante podría haber deja otra sensación, pero el Diablo sabe cómo aprovechar su casa de Avellaneda.
Ramón Díaz ideó un mediocampo capaz de dormir el juego cuando tuviera la pelota y una defensa sólida, con buenos cabeceadores para rechazar las pelotas que cayeran como consecuencia de tiros libres o corners. Arriba, claro, con Marco Pérez y Matías Defederico la idea era ganar en velocidad y concretar alguna contra.
En los primeros minutos el plan resultó, pero Liga no respetó al campeón. De a poco comenzó a poblar el campo rival con camisetas blancas y se adueñó del juego. Independiente prácticamente desapareció. El local se aproximaba al arco de Hilario Navarro con más ganas que ideas y, de la nada, sufrió. Un nuevo ataque chocó contra la solvencia de Matheu, que cedió para Busse. El mediocampista levantó la cabeza, miró el campo y ejecutó. Abrió para Defederico, quien jugó de primera para Marco Pérez. El colombiano le ganó en velocidad a Guagua y quedó mano a mano con el arquero. Se tomó un segundo para pensar pero definió al bulto.
Sacudió la modorra. Despertó al local, lo enojó; y éste respondió. Y su respuesta no se hizo esperar. En los siguientes cinco minutos tuvo dos claras situaciones de gol que empezaron a agigantar la figura de Hilario Navarro, como la última vez. Atoró a un delantero cuando la jugada parecía sentenciada, y luego supo recuperarse tras una exquisita definición del ex Huracán, Hernán Barcos, pinchando la pelota desde el punto penal.
Independiente continuó con su idea inicial, aunque cada vez retrasó más las líneas. Los ligeritos que habían comenzado el partido parados como delanteros terminaron jugando cual mediocampistas, más ocupados en prohibir las subidas de los defensores locales que por atacar. Lo pagó caro. Corrían 42' cuando un lateral casi sobre la línea final de la cancha cayó en los pies de Barcos. El delantero argentino giró dejando atrás la marca de Galeano y sirvió el balón al corazón del área, donde Paul Ambrosi ya había firmado el presente. Fue él, justamente, quien definió de primera al gol. Merecido a esta altura.
En el inicio del complemento la película mantuvo su argumento. Una continuidad de la primera mitad. Sin cambios de nombres ni de planteos. Liga continuó plantado en ataque e Independiente recluído en defensa. Así las cosas, la ventaja se iba a estirar en el pronto tiempo; sólo era cosa de dejar correr el tiempo. Pasaron los primeros seis minutos y, al séptimo, el conjunto ecuatoriano consiguió dar cuatro pases seguidos en velocidad: Bolaños se metió en el área y definió con un derechazo cruzado para el dos a cero. Inatajable. Literal. La chapa comenzaba a plantearle un panorama oscuro a los argentinos.
Ramón Díaz captó el mensaje, modificó los nombres. Primero ingresó Julián Velázquez, el objetivo era mantener la diferencia de dos goles que permitían soñar con la vuelta, y luego mandó al verde césped a Brian Nieva y Leo Núñez. Sin ser claro, obligó a Liga a tomar ciertos recaudos de la mitad de cancha para atrás. Apuró e inquietó, el cuadro rojo de Avellaneda tuvo dos o tres aproximaciones al arco local pero no logró conseguir achicar diferencias. Sin embargo terminó el partido dejando la sensación de que aún no está dicha la última palabra. El 12 de octubre se definirá la historia.
Fuente : Elargentino.com
