INFO C.A.I. _ 08-12-2011

Campeón Copa Sudamericana 2010

CAMPEÓN COPA SUDAMERICANA 2010

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miércoles, 2 de febrero de 2011

Repechaje Libertadores 2011 -Vuelta-
Dep.Quito 1 Independiente 0

"Este es un lindo baile"
El Turco aceptó la derrota y le pegó un palito a Bustos.

Tras la derrota por 1-0 en Ecuador, el Turco Mohamed destacó la clasificación y en la escala de regreso a casa le contó a Olé su alegría: "Pensar que llegamos al club hace cuatro meses..."

Al Turco se lo escucha feliz. Cansado, lógico. "Llegamos a las dos de la mañana a Guayaquil, cenamos, nos levantamos a las seis, ahora tres horas de escala en Lima...", le dice a Olé el técnico que hizo resurgir y revivir al Rojo. "Llegué el 11 de octubre, hace menos de cuatro meses", se anima a contar en medio de la euforia el DT que agarró un equipo en plena tormenta, lo sacó campeón de la Sudamericana y ahora lo metió en fase de grupos de la Libertadores: "Ahora ya es otra historia, no es mano a mano, son seis partidos. Hay que empezar ganando, eso seguro", dice.

"Los últimos 30 minutos fueron para sufrir, no daban más los muchachos. Jugar en la altura y encima cuando venís de la pretemporada. Pero pudimos aguantarlo por suerte", cuenta. ¿Quién? Mohamed, claro, un Turco feliz que elogia a Hilario, cómo no hacerlo: "No le dije nada en especial, él está para eso. Pasa por un momento, está muy bien con el grupo, seguro en lo psicológico y eso lo hace potenciar. Hilario se potencia, bienvenido".

"Hay que ganar todos los partidos", es el lema que transmite el Turco con Olé, antes del retorno, en plena escala en Lima. "El domingo jugamos con Tigre y son puntos importantes. Vamos a ver cómo están los muchachos, quiénes pueden volver a jugar después del esfuerzo. Pondremos lo mejor, hay muchos esperando jugar que están listos. Veremos el jueves", adelanta.

-Hay cansancio pero al menos del bueno, después de clasificarse...

-Sí claro, esto es un baile pero del bueno, del que gusta. Mejor


La banda del Turquito

El DT cumplió el objetivo.

El DT cumplió el objetivo.

Independiente, con Hilario brillante y más corazón que fútbol, puso el alma en Ecuador y trajo de la altura la clasificación deseada. Justo contra la Academia...

Para las series de playoff o eliminación a ida y vuelta, les cabe la misma frase con la que se suele hablar de las finales: se ganan. Por eso, Independiente metió su brilloso nombre en la fase de grupos de la Libertadores. Sufriendo, aguantando, aun perdiendo. Pero, al cabo, ganando.

A pesar de que el gol de Deportivo Quito fue recién en el segundo tiempo, el problema de Independiente comenzó mucho antes. Peleado con el manual de cómo jugar en la altura, hizo todo lo contrario a lo que se supone debe hacerse en estas tierras de varios metros arriba del nivel del mar. Muy separado entre líneas, les cedió la pelota a los ecuatorianos, corrió más de lo necesario, se desgastó y no tuvo piernas para cumplir con uno de los requisitos clave planteados por el Turco: que Deportivo Quito no pateara desde media distancia. Y justamente ahí estuvo el fuerte del local durante la primera etapa. Si bien no ofrecía demasiadas alternativas por abajo, los tiros de afuera transformaron en figura a Hilario Navarro, quien sacó una, dos, tres y hasta cuatro pelotas de gol, incluida una increíble en que Paredes quedó con el arco vacío y la dejó en la panza del arquero.

El Rojo había salido con un 3-4-1-2 que se terminaba convirtiendo en una línea defensiva de cinco jugadores, porque Cabrera y Mareque retrocedían e intentaban proteger el ancho del campo. Recuperando el orden y algo de oxígeno, Independiente encontró en el último cuarto de hora del primer tiempo su mejor momento, porque circuló mejor la pelota y, además, tuvo la jugada más clara de gol en el pie de Silvera (tras un bochinesco pase de Defederico, de primera y de espaldas al arco), pero el remate del Cuqui se fue apenas afuera.

Cómo hacer que en el segundo tiempo el ahogo no le ganara el partido era el gran desafío del Rojo; sin embargo se topó con algo que no esperaba: Deportivo Quito comenzó a jugar mejor, a profundizar con ataques por afuera, a abrir la estructura defensiva del equipo de Mohamed, hecho que se potenció con el ingreso de Michael Quiñónez, quien fue el hombre más claro de los ecuatorianos y el autor del gol de la victoria del Deportivo.

Para entonces, Independiente aguantaba y sufría el encuentro. Zafó de varias, siempre con Hilario (con las manos o los pies) como el sostén principal, dado que el resto del equipo no era más que una acumulación de piernas que, agotadas, hacían lo que podían para frenar los embates de la Academia ecuatoriana. Y pudieron. Esta era una serie de 180 minutos y había que pasarla aunque sea perdiendo. Y hoy, Independiente ya está definitivamente metido en la Copa Libertadores. Salud.


Hilario, un copado

El correntino tuvo que ser atendido luego de chocar con Paredes. Desde el piso evitó el gol...

El correntino tuvo que ser atendido luego de chocar con Paredes. Desde el piso evitó el gol...

Como en la Sudamericana, Navarro sacó todo y logró evitar los penales con dos tapadas bárbaras en el descuento: “Este equipo quiere seguir ganando cosas”.

En la lista, habrá que sumar uno más. Fue figura en el Centenario, ante Defensor. Se lució en la revancha, también ante Deportes Tolima y hasta en la derrota 2-3 ante Liga, en Quito y en el 2-1 que lo puso en la final. Ahí, justamente, ante Goiás, se llevó los laureles. Y la Copa. Y le tomó el gustito a ser el pilar del equipo de Mohamed. Y por eso, Hilario Navarro no quiso ser menos ante los ecuatorianos. Porque si no había sido suficiente su performance sin errores durante los 90 minutos, ya dentro de los cuatro adicionales, le sacó primero un tiro esquinado y abajo a Rovira, y otro con los pies a Bevacqua, que hubiesen forzado los penales. Así, si Independiente ya está en la fase de grupos de la Libertadores es porque tiene a Hilario. Y eso vale tanto como los dos goles de ventaja con los que llegó a Quito... “Estoy pasando un gran momento, yo y mis compañeros, sin el esfuerzo de ellos no se puede lograr nada”, elogió.

Si los ecuatorianos tardaron 56 minutos para hacer uno y no pudieron meter el segundo es porque el correntino le sacó brillo a su título de Mejor Arquero del 2010, que recibió del diario El País de Uruguay. Porque, además de las dos del final, tuvo otras tres que les dejaron el -segundo- grito (no tuvo responsabilidad en el primero) atorado en la garganta a los hombres del Deportivo Quito. Un zurdazo de Rodas que lo hizo estirarse, un derechazo de Perea que se desvió en Matheu y que casi se le mete en el ángulo derecho y la más peligrosa: un centro rasante que Bevacqua no llega a desviar, Paredes la intenta parar, se le va larga y se topa con Hilario... Que terminó siendo atendido por los médicos. “Estoy contento porque hicimos un esfuerzo grande, este equipo se vistió de hombre otra vez y demostró que quiere seguir ganando”, dijo un Navarro exhausto.

Así, a pesar de los 2.850 metros de altura que tiene Quito, Hilario sumó una estrella más a su currículum y demostró que le espera un 2011 tan brillante como el 2010. “Lo tomamos como una final. Y por suerte se logró el objetivo, Independiente esta otra vez en la Libertadores”. Y con él tiene ventaja.


Puso pelotas...

En una avivada, el local intentó jugar con la bola de la Sudamericana 2010. El juez las cambió.

Fue una “trampita” que duró cinco minutos. Es que las quejas despertaron la atención del árbitro Larrionda y el uruguayo enseguida puso las cosas en su lugar. La Nike Total 90 es el balón oficial de la Copa Libertadores, pero los locales la cambiaron por un modelo parecido, de la misma marca, que se utilizó en la pasada Sudamericana. Atento a eso, Gustavo Lema, el ayudante del Turco Mohamed, comenzó a quejarse a los cinco minutos de juego. Y Larrionda se movió rápido y comprobó que los alcanzapelotas tenían balones viejos para poner en juego cada vez que fuera necesario. Entonces, ordenó que los retiraran de circulación y pidió por el nuevo modelo.

Parece una cuestión menor, pero como dicen que en la altura la pelota no dobla, no había que descuidar ningún detalle. Y desde el banco de Independiente se avivaron a tiempo...

Fuente : Olé

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