Independiente 1
Godoy Cruz 3Muerto en vida
La herida de Independiente se profundizó con otra actuación con sabor a nada. La falsa dicotomía entre campeonato local y Copa quedó a la vista: el equipo navega en una crisis de juego y personalidad en ambos certámenes. Una nueva derrota que nació en base a una alarmante falta de entereza anímica, se agigantó por errores en el planteo táctico y fue sellada por una serie de infortunios. En primer lugar, el planteo de Mohamed tuvo ambición pero careció de equilibrio. Se marcó con cuatro con la aparición interesante de Vélez, aunque se descuidaron los costados del medio. Fredes se cerró por derecha y la izquierda quedó con un confuso intercambio entre Gracián y el Patito. El notable mediocampo del Tomba se acomodó tras los primeros 20 minutos y ganó la pulseada con pressing y anticipación.
La inspiración del Rojo duró un suspiro. Gracián y Vélez se lucieron en el arranque, y la ventaja fue merecida. Pero la diferencia se resignó por una falla defensiva (perdieron a Olmedo en el tiro libre) y un error personal evitable (el gol en contra de Fredes). Desde allí, el equipo naufragó sin ideas ni actitud para sobreponerse. Godoy Cruz no brilló, pero le sobró inteligencia para aprovechar espacios y contundencia para castigar errores.
Además de la confusión de su técnico (confundió a sus jugadores con un planteo desbalanceado, sin sociedades por los costados) y la falta de reacción de sus jugadores, Independiente ni siquiera ligó. Gracián lo tuvo de tiro libre y el Patito estrelló la pelota contra el travesaño. No sólo cuesta terminar jugadas bien, sino que tampoco se puede festejar en las situaciones más propicias. Una vez más, Independiente pisó en falso por sus propias falencias y el horizonte está cada vez más difuso. El veredicto popular fue sbaio: no serviría de nada que partiera Mohamed. El cuerpo técnico y los jugadores deben sincerarse para poder sacar esto adelante cuanto antes.
Fuente : Paladar Negro TyC Sports
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