Independiente 0
Dep.Tolima 0No me importa lo que Liga
Final feliz: Tuzzio, Fredes, Galeano y Velázquez.
Independiente pasó a la semifinal de la Sudamericana gracias a los goles que hizo en Colombia: ayer le bastó mantener el 0-0. Ahora va a Quito...
¿Y ahora? ¿Importa realmente lo que viene? No interesa el futuro inmediato. Para nada. Acá, señores, se vive al día. Como se pueda, como dé el cuero, como aguante le cuerpo. ¿O acaso alguien sospechó cuando Mohamed agarró el timón mientras el Titanic bonaerense se hundía que Independiente iba a estar en las semifinales de la Copa? Por eso, qué importa la Liga de Quito, el Patón Bauza, la volada mágica de Hilario, lo mal que juega el equipo.
La percepción que dejó la noche confluyó en una única dirección: esto es lo que hay, pero con esto soñamos. De todas maneras, pese a la genuina ilusión de la gente, que sí estuvo a la altura de la Copa, habrá que revisar varias cosas. Es probable que la ventaja deportiva por los goles de visitante alguna vez no se pongan la camiseta de tu equipo. Un añejo filósofo de entretiempo dejó tres conceptos que no merecen morir en el anonimato de una tribuna: se ganó el clásico con lo justo, se pasó de ronda ante Defensor de milagro con un arquero rival que si se quedaba en el piso por el corte hoy se hablaría de otra cosa y, en esta instancia, los goles en Colombia llevaron al Rojo otra fase. ¿Y el fútbol, muchachos? ¿Quién juega? Pues bien. El hombre no estuvo errado. Anoche la Sudamericana le pesó a Independiente. ¿El empate a favor lo carcomió inconscientemente? Tal vez. Es una de las explicaciones. La otra, lo futbolístico puro, demuestra que este equipo no parece tener mucho más para dar. El mérito del Turco no es haber cambiado el mapa, sino en haber acomodado las piezas, potenciar el amor propio para dar un plus de entrega y lucha. Entonces, no hay que esperar un juego fluido. Sí empuje, como la primera media hora. Le falta un generador, un armador, Patito de mediapunta se sintió incómodo, Silvera vive en soledad, Cabrera juega un rato y chau, Parra fue ganas y nada más.
Y Tolima aportó un granito más para el debate nacional que se generó con la salida de Cappa. ¿Es cierto que la idea de tocar por abajo está muerta? Al menos, es para pensarlo un poco más: anoche, el visitante no ganó porque le faltó una pizca de decisión. Porque fue dueño del balón, tocó, tiró paredes, fue vistoso y práctico. Pero la ventaja la tenía el local...
Fue el Cilindro Rojo
Los hinchas de Independiente cumplieron con la consigna y tiñeron de su color insignia la cancha de Racing. Y durante toda la noche se mofaron de la Academia.
Las cámaras de la transmisión se movían en el momento de la salida de Independiente al Cilindro, ocasionalmente teñido de rojo. Causas e implicancias: la imagen televisiva bailaba porque el cemento del estadio archirrival temblaba. Y yendo a buscar más atrás, hay otro motivo coyuntural ineludible: el piedrazo al arquero de Defensor Sporting, Martín Silva, en el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa. Aquel incidente provocó, además de una multa por 20 mil dólares que el club le debió pagar a la Conmebol, que en la serie de cuartos el Rojo no pudiera hacer de local en el Libertadores de América.
El arreglo de Comparada en la semana fue con Molina: 130 mil pesos de alquiler más otros 30 mil de garantía por posibles destrozos para ser local en el Cilindro. Y la hinchada aprovechó la eventualidad a su modo.
La consigna de toda la gente, incentivada por la Subcomisión del Hincha, para el partido de ayer fue ir vestidos de rojo e impregnarle el color insignia al estadio rival: bengalas, cintas, paraguas, gorros, banderas, vinchas y camisetas, claro. Todo rojo. Salvo los 200 hinchas colombianos, que sólo se escucharon a los 10 minutos del primer tiempo y a los 44 del segundo, cuando el Tolima tenía respectivos tiros libres a su favor: “Marangoni, Marangoni”, pidieron alunísono. Antes y después, la marea roja los tapó.
Más allá del ya clásico “el Rey de Copas la puta que lo parió...”, el resto de los hits de la ocasional hinchada local fueron dedicados a la Academia y, claro, a la cancha en cuestión: “Racing decime qué se siente que esta cancha de mierda la llena Independiente” o “es para vos, es para vos, para que sepas que en el barrio mando yo”, sonaron con varios bises durante la fría nochecita de Avellaneda. Y el “Racing yo tengo un cagazo que esta cancha de mierda se venga para abajo”, fue para el momento inicial, calzó justo. Sí, cuando las cámaras de la transmisión se movían en la salida de Independiente al Cilindro, ocasionalmente teñido de rojo. Y en el final, sólo se escuchó atronador: “Y ya lo ve, es para Racing que lo mira por TV...”.
"Quedar en la historia"
Mohamed aceptó que su equipo no jugó un buen partido, pero sacó pecho y marcó la diferencia: "Nosotros allá hicimos los goles que ellos no pudieron hacer acá". El Turco va a jugar su primera semifinal continental. Y sueña...
Los puños apretados del Turco Mohamed fueron una descarga de energía. "Viví el partido nervioso porque fue el primer resultado que tuvimos que sufrir tanto", reconoció el técnico de Independiente tras el 0-0 que le dio la clasificación. Después dijo la diferencia con Tolima: "Jugamos el partido que teníamos que jugar. Hicimos el buen trabajo allá y acá teníamos que cerrarlo. Lo más importante es que pasamos".
El Turco se tiene fe contra Liga en la serie que arranca el miércoles en Quito: "Dimos un paso importante, ojalá podamos seguir por este camino y llegar a la final. Es muy lindo el momento que estamos pasando. Ojala podamos quedar en la historia del club. Es una experiencia nueva de la que espero seguir aprendiendo".
Pese a que no le gustó el juego de su equipo, Mohamed destacó las virtudes y analizó la serie con Tolima: "Lo más destacado es que el equipo se defendió muy bien. Nosotros hicimos el partido ofensivo allá, les hicimos los goles y ellos tuvieron que hacernos los goles acá y no pudieron porque nos defendimos muy bien".
Fuente : Olé
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